Muchas veces, olvidamos que l@s chavales de hoy en día están menos familiarizad@s con las verduras y hortalizas de lo que pensamos; el poco contacto con la tierra, los productos envasados de los supermercados y las comidas preparadas, así como que much@s de ell@s todavía no cocinan. Así que nos hemos dispuesto este curso a familiarizarles con las verduras, sus nombres, sus sabores, sus usos y por supuesto con su cultivo.
Para ello hemos empezado este segundo día trayendo a la clase de huerto escolar todas las verduras que vamos a plantar, para que las vean en su versión baby y ya maduras. Algun@s incluso se han atrevido a probarlas en crudo. El brócoli ha resultado ser un descubrimiento para much@s que quizás no habían probado esta riquísima verdura.
Hemos hablado sobre verduras, sobre nuestras favoritas y sobre cómo nos gusta comerlas (arroz con acelgas, coliflor al horno, tomate frito...). Y de aquí ya nos remangamos y fuimos al espacio de huerta para preparar la tierra y plantar el plantel de: acelgas, coliflor, espinacas, lechugas, puerros y brócoli.
Lo primero de todo es hacer unos buenos caballones (tierra levantada que queda entre surco y surco al labrar, especialmente se hace para plantar en ellos, separar bancales o para contener y dirigir las aguas en los riegos).
A continuación colocamos el plantel sobre el caballón (sin plantar todavía), dejando al menos el ancho de una mano de separación (siempre se debe pensar en el crecimiento de la verdura que estamos plantando, ya que lógicamente no es lo mismo plantar un puerro que una coliflor en términos de espacio necesario para su desarrollo). Una vez distribuidos los planteles, hacemos los agujeros en la cima del caballón utilizando una pala de mano e incluso su mango directamente. Añadimos algo de sustrato al fondo del agujero, incorporamos la planta y tapamos de forma que si tiramos de ella nos sea imposible arrancarla.
Al final del trabajo de plantación regamos abundantemente, con cuidado de no dañar las hojas ni las raíces.