No estamos solos, compartimos el espacio urbano con otros seres vivos que han hecho de la ciudad su lugar de vida, que han buscado su espacio ya sea durante todo el año o sólo en determinadas épocas. De entre ellos las aves forman parte del alma de la urbe y nos recuerdan lo que somos y de dónde venimos, acercándonos, en cierta manera, con nuestras raíces que están en el naturaleza.
Su conservación es la nuestra. Una forma de conseguirlo es curiosear en su mundo, conocer sus características, sus necesidades o simplemente adormilarse oyéndolas cantar bajo cualquier árbol de cualquier jardín en cualquier ciudad. AQUI CABEMOS TODOS.
Texto y fotos de Miguel Angel Poveda López